Crítica a Jem and the Holograms (2015)

Jem and the Holograms: un golpe bajo a la nostalgia
No por nada este increíble bodrio fracasó en taquilla, hasta el punto de ser retirada de las carteleras estadounidenses a tan solo dos semanas de su estreno. Con un risible presupuesto de 5 millones de dólares «Jem and the Holograms» solo pudo recuperar 2.3 millones de dólares a nivel mundial del total invertido en esta bazofia fílmica. Y es que el film, a parte del título, no tiene nada que ver con la clásica serie animada de los 80s.
Los realizadores de este espantoso film, como suele pasar en Hollywood, no se mantuvieron fieles al material original y ofrecieron una versión life-action de «Jem and the Holograms» que muy bien pudo pasar por un film de bajo presupuesto de esos que solemos ver en cualquier canal de televisión por cable y cuyo público objetivo son aquellos adolescentes ávidos de historias fáciles de digerir y con obvias referencias al entorno de las redes sociales (recurso al que Hollywood recurre frecuentemente para intentar captar la atención de las generaciones actuales). No, esto no es Jem and the Holograms por donde se mire, es solo un intento más de Hollywood de lucrarse a base de series del pasado que en su momento fueron exitosas, pero adaptándolas de una manera tan espantosa, que solo alguien que no sepa nada del material original podría apreciar.
¿Por qué fracasó Jem and the Holograms?

Como dije en el apartado anterior, Hollywood suele subestimar al espectador final, y siempre cree que con poner un título reconocible a un film, y bombardearnos con un despliegue de colorido en dicho film, pueden crear un boom fílmico. Jem and the Holograms es solo un film genérico disfrazado de tributo nostálgico, el cual que busca captar la atención de un público específico: adolescentes que difícilmente pueden distinguir un buen film de uno asquerosamente malo y que lo único que quieren es entretenerse con cualquier contenido que sea fácil de entender para ellos. Esta película es una burla directa a todas aquellas personas que disfrutaron de la serie animada en la década de los ochentas; y era precisamente a ese tipo de público al que más debían apuntar los productores del film. No digo que no se incluyeran elementos de la cultura de hoy en día, pero cambiar toda la trama original por miedo a que un adolescente no fuese a verla, fue lo que hundió a esta película.
¿Y qué del reparto de Jem and the Holograms?

Jem and the Holograms solo cuenta con dos actrices reconocidas mundialmente. Molly Ringwald (la de pelo rubio), a quién muchos recordamos de «The Breakfast Club» (1985), película que la convirtió en un ícono adolescente en la década de los 80s y Juliette Lewis (la de pelo castaño), quién se dió a conocer en el film «Cabo de miedo» (1991) y que en los últimos años solo se le ve realizando papeles secundarios en films pequeños y de escaso interés. Del resto del elenco no podemos decir gran cosa ya que tienen poca trayectoria a nivel actoral o bien no han logrado despegar sus carreras adecuadamente. Este es precisamente el caso de la protagonista de esta película, Aubry Peeples, a quién su casi inexistente expresión y desabrida actuación nos recuerda bastante a la protagonista de «Crépusculo» (2008), Kristen Stewart.

¿Tiene Jem and the Holograms algo bueno que rescatar?

Aunque parezca increíble, este espantoso film, tiene algo bueno que resaltar: los vídeos reales de Youtube. En algunas partes del film, se usan fragmentos de vídeos reales de Youtube de personas haciendo tonadas musicales usando sus manos, instrumentos musicales o cualquier otro utensilio hogareño (lápices, botellas, etc) las cuales se intercalan en aquellas escenas de tensión o sorpresa; algo que hubiese sido genial en un film de mejor calidad que este. Pero si hubo algo que en verdad me gustó de esta película fue su escena post-créditos; no porque tuviese una buena calidad de producción, sino que me causa mucha gracia el hecho de que por un momento los productores de esta bazofia filmica pensaran que su nefasto producto pudiese ser exitoso, hasta el punto de considerar la posibilidad de hacer una secuela.